Estuvimos con mis hijos de 15 y 9 años en marzo. Cogimos un apartamento para 4/6 personas que resultó ser muy cómodo y bonito. La limpieza excelente. Las vistas a la montaña espectaculares. El problema es que yo estoy actualmente lesionada y este hotel no ofrece ninguna facilidad a quien no esquía y no puede conducir. El transporte al Molino tiene un horario muy reducido, no hay cafetería ni restaurante abierto en el hotel hasta las 16h y tampoco hay nada cercano en los alrededores si tienes dificultad para andar. Cuidado con no lesionarse esquiando si os alojais aquí. Por otra parte estoy bastante decepcionada con ellos porque mi hijo les ha enviado un mail muy tierno para que se lo reenviaran a una niña que conoció allí (no le pidió sus datos de contacto) y el hotel ni siquiera se ha dignado a contestarle, a una criatura de 9 añitos que pedía ayuda para contactar con una amiguita. En fin, el hotel muy bien pero poca sensibilidad en general.

Estupendo hotel, habitaciones amplias cómodas y limpias. El personal amabilisimo, desde el restaurante hasta el servicio de transporte a pistas. Estancia excelente y repetiremos el próximo año.

Ya es nuestro segundo año en este hotel y nos encanta. La ubicación es formidable, a 10 min de las pistas de esquí. Es un lugar muy tranquilo. Esta vez estuvimos en una habitación familiar con unas vistas estupendas a las montañas. El servicio de 10, nos atendieron estupendapende. El desayuno está bien pero me gustaría comentar que me falta una maquina de café expreso, es lo único que añadiría a este hotel.

Hemos ido a esquiar durante el finde. Hemos pasado 3 noches y ha ido todo genial. El personal muy atento y amable, al desayuno no le faltaba detalle, todo muy rico y mucha variedad, no he echado de menos nada. Por otro lado, la ubicación del hotel no puede ser mejor respecto a las pistas, además el servicio de transporte para acceder a las pistas funciona muy bien, y sino, con coche propio, también sin problema. En cambio, desde Benasque, el acceso es un puerto algo empinado y estrecho, que sin nieve muy bien, pero si pilla temporal, puede ser complicado. Las habitaciones, aunque algo antiguas, pero en muy buen estado, la única pega que pondría es la calefacción. Está demasiado fuerte y por la noche hace mucho calor, no hemos conseguido quitarla y hemos necesitado abrir a ratos la ventana. Por lo demás genial, en caso de volver a Cerler a esquiar nos alojaremos allí sin duda.

Ubicación pintoresca y preciosas vistas. El trato del personal ha sido excelente, especialmente Carolina, camarera del restaurante que nos ha hecho sentir como en casa. Muy profesional, amable, accesible y atenta. El desayuno está muy bien y la cena es con platos de menú a elegir, variados y abundantes. Las habitaciones bien, camas cómodas. Del spa esperaba más y las almohadas muy blandas. La zona infantil con la chica que cuida a los niños muy bien. La chimenea agradable para pasar un rato relajado.